Castella de Labarre

Desde la Castella la vista se extiende hacia el sur sobre el Prat d'Albis, el Pech de Foix y Saint-Sauveur, el castillo de Foix pero también, muy cerca, sobre el lago de Labarre.

El peñón de Labarre, sobre el que se estableció la fortificación, era un punto de observación y control sobre el valle del Ariège y la Castella formaba parte de una red defensiva que protegía la capital condal de Foix.

Sabemos que la Castella de Labarre existió antes de 1170. Entonces se llamaba castrum de Labarra. La porción más alta del peñón de Labarre presenta una torre o garita y un primer recinto, evidentemente una empalizada de madera, la protege. Alrededor de esta alta fortificación se desarrolla una aglomeración, un pueblo, protegido al norte y al sur por empinadas laderas rocosas y un recinto periférico y al este y al oeste por acequias secas.

Esta fuerte ciudad fue seguramente tomada e incendiada en 1211 durante la cruzada contra los albigenses. Desde entonces ya no figura entre las fortalezas que protegen la ciudad condal. Sin embargo, el pueblo en sí no quedó abandonado y finalmente, probablemente en el siglo XIV, sobre el trazado de la antigua empalizada, se construyó un recinto de piedra y argamasa de cal. La antigua torre o castillo, así reforzada, se reinvierte.

Pero el castillo y el pueblo fueron abandonados poco a poco y en 1540 la antigua fortaleza se presentó como abandonada. Sin duda, la mayor parte del pueblo se trasladó a la iglesia de abajo para formar la aldea de Labarre que conocemos hoy.

Sin embargo, la antigua fortificación alta de Castella fue recuperada parcialmente de sus ruinas alrededor del año 1600, obviamente. La torre o el castillo fue derribado definitivamente pero se reconstruyó toscamente el primer recinto de piedra y argamasa de cal. Se construye así un fuerte.

Este fuerte a su vez pronto será abandonado, probablemente antes de la segunda mitad del siglo XVII. Y la fortaleza, definitivamente abandonada, servirá de cantera de piedra y de pasto para los animales antes de ser invadida por la vegetación.

La Castella de Labarre ha sido estudiada desde 2019 por miembros de la asociación de amigos de la Castella de Labarre y es objeto cada año de una campaña de excavación arqueológica que se lleva a cabo en verano.

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